sábado, 16 de abril de 2011

SISTEMA LABAN DE ANALISIS DE MOVIMIENTO. Entrevista a Gabriela González

Gabriela González imparte un curso sobre el Sistema Laban del 9 al 13 de mayo. Actriz, directora de Teatro, profesora de Trabajo Corporal para actores y Dirección Teatral en Argentina; dicta cursos de movimiento expresivo y de lenguaje no verbal. Profesora e investigadora en la Facultad de Arte de la Universidad Nacional del Centro de la Prov. de Buenos Aires.

¿Quién fue Rudolf LABAN?
LABAN (15 de diciembre de 1879, Bratislava - 1 de julio de 1958, Weybridge, Surrey) fue uno de los innovadores que surgieron con las vanguardias de principio del Siglo XX. Brevemente… fue un artista multidisciplinario (artes plásticas, danza, teatro) que renovó fundamentalmente la danza y el estudio del movimiento. A medida que sus conceptos se fueron conociendo rebasaron el ámbito de la danza, los actores se apropiaron de ellos, también los pedagogos del movimiento, los especialistas en recursos humanos, los antropólogos interesados en el movimiento de las diferentes culturas, así como los psicoterapeutas.
  
Parecería que el Método Laban es especialmente adecuado para el mundo de la danza ¿cómo se traslada y cuál es su utilidad para el trabajo del actor?
El actor y/o director -como sabemos estos roles suelen ser intercambiables en la carrera de los artistas- trabajan con el mundo expresivo de la persona, trabaja sobre sí mismo y, siempre, con otros. El 80% de la comunicación entre personas pasa por lo no dicho, por el lenguaje corporal. Teniendo en cuenta este porcentaje no hay manera de subestimar la importancia de la educación corporal para el artista de la escena/performer/actor.
Un entrenamiento debe ser permanente a la hora de tratar de comprender, abarcar y bucear en el sutil mundo de la expresividad corporal. Lo que ha aportado el Sistema Laban al entrenamiento corporal del actor es sistematicidad, organización, cierta lógica que permite una puerta de entrada al gigantesco universo de sutilezas que es el cuerpo.

Como directora de teatro y actriz ¿cómo aplicas el sistema Laban?
Gabriela González.
Es una herramienta “transparente” que me acompaña constantemente. Es transparente porque no necesito enseñársela al resto del equipo con el que trabajo, pero me permite adentrarme en las sutilezas de lo que está pasando y que no se dice. Puedo así tener una lectura de lo que pasa a nivel grupal, entre las personas; “ver” el recorrido expresivo no explicitado de los actores; puedo pedir “sutilezas” expresivas que de otra manera se pueden pasar por alto o asociar exclusivamente con estados psicológicos.




Los actores y actrices que realicen tu curso del 9 al 13 de Mayo ¿qué se llevarán en su mochila de conocimientos?
Se llevarán una manera precisa de percibirse en movimiento. La mirada específica que aporta el Sistema Laban permite adentrarse en el conocimiento corporal con minuciosidad y precisión.
Ante todo, más allá de cuánto concepto quieran retener, se llevarán una experiencia de movimiento en la que integrarán la supuesta dualidad cuerpo-mente. Sin juicios de valor sobre la capacidad de movimiento, TODOS tenemos nuestro propio lenguaje corporal, se aborda el trabajo desde el deseo de percibir/se, reconocer/se, abrirse a otros modos de mirar.
Es el deseo y no la capacidad lo que genera el conocimiento.
Aquellos que lo deseen encontrarán que pueden “verse” más claramente: verán tendencias personales, patrones de movimiento propios, profundizarán en el auto-conocimiento corporal. 

5-Es la tercera vez que realizas tu curso en LA CASONA, ¿cómo fueron las dos experiencias anteriores?
Ambas fueron muy positivas, muy intensas y enriquecedoras en muchos aspectos. Ha participado gente con diferentes experiencias de formación y recorridos corporales disímiles; esta variedad lo ha hecho siempre más interesante y desafiante.
De hecho el espacio del curso se transformó siempre en un territorio donde nos sensibilizamos al movimiento, y esto indefectiblemente abre puertas a reflexiones más abarcativas sobre la auto-imagen, la propia expresividad, la capacidad de escucha, la importancia del cuerpo y muchas cosas más. Siempre los intereses de los integrantes del grupo van terminando de dar forma al trabajo que, en definitiva, se hace clase a clase, porque uno aprende cuando pone en juego el interés, el deseo, o la necesidad. En esa necesidad nos encontramos y dialogamos con gente diversa.
Tengo que mencionarlo porque es un orgullo para mi y para La Casona, que una de nuestras alumnas de la primera edición de este curso decidió especializarse en el estudio del movimiento (en el Sistema Laban) a partir de esta experiencia. ¡Que éxito mayor podríamos esperar del curso que ayudar a encontrar el camino a alguien que estaba buscado y no encontraba su lugar! Un regalo que este espacio me ha dado y que atesoro.

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